Derechos humanos
Los derechos humanos son aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos1 que incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna, «sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición».2
Para autores iusnaturalistas los derechos humanos son independientes o no dependen exclusivamente del ordenamiento jurídico vigente, por lo que son considerados fuente del Derecho; sin embargo desde el positivismo jurídico la realidad es que solamente los países que suscriben los Pactos Internacionales de Derechos Humanos (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) y sus Protocolos -Carta Internacional de Derechos Humanos- están obligados jurídicamente a su cumplimiento.3 Así, por ejemplo, en relación con la pena de muerte, contraria a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado a abolir la pena de muerte no ha sido firmado por países como la República Popular China, Irán, Estados Unidos, Vietnam, Japón, India oGuatemala.4
Desde un punto de vista más relacional, los derechos humanos se han definido como las condiciones que permiten crear una relación integrada entre la persona y la sociedad, que permita a los individuos ser personas jurídicas, identificándose consigo mismos y con los otros.5
inteligencia e imaginacion
Orígenes del concepto
Aunque las definiciones populares de inteligencia hacen hincapié en los aspectos cognitivos, tales como la memoria y la capacidad de resolver problemas, varios influyentes investigadores en el ámbito del estudio de la inteligencia comienzan a reconocer la importancia de los aspectos no cognitivos. Thorndike, en 1920, utilizó el término inteligencia social para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas.1 David Wechsler en 1940, describe la influencia de factores no intelectivos sobre el comportamiento inteligente, y sostiene, además, que nuestros modelos de inteligencia no serán completos hasta que no puedan describir adecuadamente estos factores. Esto implica, tanto el conocimiento y como el manejo de sus emociones; y su importancia radica en que le permite expresar sus emociones de forma sana y satisfactoria, y es que cualquier decisión que este tome por trivial que esta parezca, como: comer, comprar o hasta con quien relacionarse sentimentalmente son actividades que involucran las emociones. 1
Autodominio y Voluntad
Tampoco pueden negarse los obstáculos y las adversidades, pero estos pierden toda su importancia cuando se comparan con el poder de la voluntad, capaz de sobreponerse a todo. Si es cierto que las adversidades y desanimo, también es verdad que el hombre tiene capacidad para dominarlas, superarlas y continuar adelante con sus objetivos, propósitos y metas.
La facultad de autodominio permite al hombre, ser dueño de sus deseos, de sus emociones, de sus actitudes, de su voluntad. Cuando el ser humano pierde el autodominio se convierte en un barco a la deriva, siempre distante a la orilla.
La voluntad es, entonces, una facultad que conviene ejercitar constantemente para acrecentar fuerza, para orientar su recitad y para hacerla inquebrantable. Ninguna meta es posible sin las dudas, las vacilaciones y los temores anidan en la mente o en el corazón; una voluntad inquebrantable del logro de las metas.
La capacidad para dominar el miedo y el desanimo, la capacidad para dominar la ira y la rabia, la capacidad para dominar la patía y la pereza, la capacidad para persistir en la búsqueda de metas, por difíciles que parezca, hacen del ser humano una fortaleza sin par. Pero la voluntad y el autodominio necesitan apoyarse en la sensibilidad humana para no sucumbir entre el laberinto del egoísmo.
Recuperación (sociología)
Recuperación es un concepto sociológico nacido dentro de la filosofía del situacionismo. Este habla sobre la posibilidad siempre presente de que ideas y cosas revolucionarias o radicales puedan ser incorporados a las lógicas dominantes que obedecen al sistema capitalista y al sistema burocrático por medio de la comodificación (entrada a la lógica de mercancía) y la funcionalización dentro del sistema dominante. La estrategia principal para esto es el vaciar a algo de contenido y el adentrarlo en el sistema de la mercancía.
El mecanismo en marcha es descrito por Guy Debord de la siguiente forma: "cada mercancía, en la medida de su pasión, realiza de hecho en la inconsciencia algo más elevado: el devenir mundo de la mercancía que es también el devenir mercancía del mundo. Así, por una astucia de la razón mercantil, lo particular de la mercancía se desgasta combatiendo, mientras que la forma-mercancía va hacia su realización absoluta".1 Jaime Semprún dio varios ejemplos de recuperación en su libro de 1976 Précis de récupération, illustré de nombreux exemples tirés de l'histoire récente, publicado por Champ Libre.
Un ejemplo muy conocido de recuperación es la masiva exposición y uso comercial sin mensaje alguno de la imagen del Che Guevara. Otro ejemplo fue en los noventa la fama que lograría la banda de "grunge" Nirvana que provenía de orígenes underground pero que después ayudaría a una discográfica a enriquecerse. El mismo Kurt Cobain, vocalista de la banda, se llegó a quejar de la situación que habían provocado.
que la equidad